domingo, 27 de marzo de 2011

Juego





Juego a los asaltos en una forma sistemática para sorprender...
Detrás de las cortinas, seguida de un manto de misterio
sabiendo que esto, se convierte en algo serio,
mientras te estremeces un segundo, en este nuevo mundo que te regala mi presencia,
que ocultó la ausencia de tu boca en mi piel.
Sigo andando por la vía de la separación, como agua y aceite entro en acción
como tierra y cielo, como fuego y hielo...

Y juego a los asaltos como una forma sistemática para sorprender,
para ganar un segundo y volver a prender, para perder la moral,
para subirme y volar, para flotar sin alas y de nuevo caer.

Se te erizan los vellos y mi enigma es mi sello
mi estampa de hereje que se cose y se teje
como una red de araña, que engaña a su objeto
que seduce al sujeto después de usarlo, no quiero soltarlo
exprimo mi mente como un ser que miente
y aunque lo intente, tú sigues en ella;
mi cerebro se estrella, salpica mis ojos, inunda mi cara dejando alta la vara
apunta y dispara!!!!...

Juego a los asaltos y brinco más alto,
respiro tu miedo, me voy o me quedo
escucha a mis cuerdas, a ver si concuerda con lo que sientes por mí.




Camino







Camino, camino despacio, camino lento, tan sólo camino, mientras el humo se deshace en mis manos y el frío me quema los huesos.
Y camino; espero que la luz sea roja, con la sola idea de detenerme y hacer más largo mi camino; y pienso y escribo; recuerdo un brazo entrelazado junto al mío y luego una mano suave cruzando nuestros dedos.
Camino. deseo fervientemente poder descansar, pero es más fuerte y menos triste el camino para lograr pensar y escuchar unicamente el ruido constante y risas alegres pasar por mi lado; la noche recién comienza, aún quedan muchas horas para seguir soñando, mientras, en alguna parte de mi fría ciudad, se esconderán amores furtivos que le darán más sabor al cielo nocturno, viciado de olor a leña consumida.
Ya no miro a los lados, tan sólo camino y trazo palabras en este cuaderno, la caminata se hace cada vez más lenta, cansina y silenciosa, las luces naranjas no se asemejan al fuego, ellas alumbran mi camino.
El vaho de mi boca desaparece de inmediato, mi nariz húmeda me mantiene atenta, mis dedos ágiles me dan vida y mi cerebro, como remolino, con ideas, pensamientos, recuerdos y despedidas.
Un perro me ladra desconfiado, mientras sus gritos se pierden en la nada.
Camino y te traigo a mi memoria, mientras miro por primera vez a ambos lados, cruzo un charco barroso, me detengo en la oscuridad del último peldaño; me resguardo de los sonidos del peligro y me canso en los 37 pasos que me separan de este otro mundo. Leo sonrientemente un 'te quiero' escrito en secreto en estas mismas hojas y trato de descifrar lo que sigue en la continua; mis ojos traducen, mi cabeza asemeja y mi corazón entiende.
Ya no queda nada de esas noches, estoy sola de nuevo...
Pasos agudos apresurados al descanso, pasos veloces regalan energía, mis pasos dormidos me detienen en la altura y sombras en esta oscuridad proyectan aquello que creemos ver durante el día.
1, 2, 3, retoman el rumbo...pausa, 1, 2, pausa otra vez; mi camino se ha hecho más largo de forma consciente; 1, 2, 3, 4...siguen con ganas de avanzar.
Sonrío y te recuerdo en tus letras, sentado al borde con cara de pena diciendo que me extrañarías, ahora quiero escucharte diciendo que lo sigues haciendo.
Sólo dos vueltas me separan del final de este camino, pero yo quiero tener un momento de paz como ahora para poder recordarte en calma.
Se me agota la ruta y sigo caminando, ojalá estuvieras al final de este camino, para no pensarte cuando quiero tenerte.
El cielo parece gris, oscuro, casi nublado, mi camino llegó a
su fin, otro recién comienza.



Son mis paALASbras...


Abriendo las alas para volar de forma fantástica
y como un veneno agridulce que corre por las venas
quedaste plasmado por siempre de forma silenciosa.

Te ocultas de forma misteriosa detrás de
un sinsentido de nada
y sinsentirlo me quema
y a la vez me ata.

Pero el aire me eleva
sin control sobre tu rostro
callando nuevamente lo que no quiere
nunca más ser oído.

Tic tac...
como un reloj análogo
tic tac...
como una bomba humana de doble lectura
tic tac...
explotará al sólo contacto de tu voz en mi oído.

Jamás verás lo que te digo
y en mis palabras te quedará sólo
un sentimiento fútil
que luché tanto porque te prendieran el alma.

Se acabó el tiempo de espera,
en mi destino no estaba escrito algo tan bello.

Traspaso la niebla del dolor
abro mis brazos
cual velas al viento...

Yo tan sólo quiero que no mueran nunca mis colores
que no se apaguen nunca mis suspiros
con la fuerza de un lápiz y un papel.

...que no me enceguezca un odio sin motivo...




sábado, 29 de enero de 2011

Re-cuerda la nostalgia...

Qué ganas de abrazarte, de quemar mi instinto fallido, de que sintieras mi instinto real, de darte todo lo que tengo.
De que alejaras los brazos, estiraras tu cabello, quemaras con celo tus ojos verdes, me odiaras de tanto amor, me cobijaras de tanta soledad, no huyeras por miedo y me dejaras disolverme en fríos de lágrimas ocultas.
Yo no tengo la culpa, te lo advertí, pero soy culpable de mí una y mil veces, de dejar que pasara y el cosmos nos uniera y desintegrara, que vieras la corteza y no el centro, que quisieras el papel de cambio y no el cambio en los papeles, de ser por siempre transparente, permitiendo ser resquebrajada por cuantos pies quisieran pisotearme.
Yo no tengo nada más que manos gordas, oscuras y simples; pensamientos infantiles, llanto voluntarioso, palabras con vida que se quedan en el limbo, comparadas con las vibraciones de otra, que sin duda tus manos te harán sentir orgulloso, de decir que son tuyas y compartir la alegría de sentirte amado.
Más que nada quise tu recuerdo y sólo me queda el mío sin cuerdas que tocar, porque aún no lo he aprendido, más bajo que mi silencio...



jueves, 4 de noviembre de 2010

Mi Canto - Pedro Prado

MI CANTO

No sé lo que voy a decir. Ignoro lo que voy a cantar.
Mi voz aún está en el fondo de mí mismo.
Sonrío como una madre que siente a su hijo agitarse en las entrañas.
Al igual de ella, yo no sé si mi canto será rudo como un hombre o tierno como una mujer.
No lo sé; pero estoy cierto de que vive y se nutre silenciosamente.
No lo sé; pero sonrío imaginando su belleza.
Cuando él nazca, yo también estaré entre la vida y la muerte.
Y cuando él pueda valerse por sí solo y lleguen mis amigos, yo lo presentaré orgulloso y embelesado.
Y él cantará con su voz pura y juvenil.
Mis amigos sonreirán indiferentes y yo no diré nada, nada…
Sólo sufriré, porque sus palabras, como aves perseguidas, buscarán mis oídos con insistencia.
Sólo sufriré, porque mi canto no tiene cabellos que poder acariciar, ni ojos que poder besar, ni cuerpo que proteger entre mis brazos tristes y paternales.


Pocas veces un autor, chileno, había logrado llamar tanto la atención, por su forma de escribir que me refleja muchísimo, en especial este poema.

jueves, 21 de octubre de 2010

DELECTACIÓN Y VIRULENCIA


En la sublime insensatez de lo inmediato, me refugio en gotas de sal desteñidas, mientras palpita un esclavo solitario.
La magnificencia de mi desgracia, hace parecer todo mi futuro más omnipotente de lo que es y despejo el camino del primer contacto, para al fin dejar entrar lo evidentemente necesario y tirar en el cúmulo de desechos, aquello que de verdad, ya no importa.
Busca esa suciedad de la marca del aire, porque sabe que es parte del oxígeno que lo hace vibrar, mientras me oculto tras el muro del poder del extremo, lo que produce una reacción inmediata y deseo que venga la lluvia a limpiar los pecados.
Huelo el centro con marcas de maná, que se quedaron adheridas como segunda piel de vida, que muere con los intentos de engendrar futuro; porque el muro es alto e infranqueable, echo de polvo y paja, de orgullo y silencio; de miedos a que la luna creciente dé la cara al mundo y aquella obra de arte quede olvidada en un rincón absurdo, sórdido y silente de algún cuarto enmohecido y sea carcomido por el polvo blanco, por el agua turbia, por la falta de argumentos para la conexión inmediata, por saber que se escapó de las manos la otra costilla; la mezcla de equis e y, de verdes con café, de ondas con espirales, que se retuercen, se unen, pero no se funden, por la falta de razones, por la rítmica diferente que hace que la visión sea más torcida, pero no por eso, menos conmovedora.
Ahora que me doy cuenta que no existirá alguien que quiera ojear este libro ajado, me percato que debió haber sido un error haberlo escrito, porque la lectura no es la misma que las letras, sino más nítida y concreta, pero que todos se limitan a leer entre líneas y saborear las tapas gruesas; lo leen y utilizan, largándolo luego que el texto fue recorrido completamente, después de pasar hoja por hoja, hasta gastar las letras, olvidándolo luego, en algún bote de basura.

domingo, 17 de octubre de 2010

Quiero












Quiero un poco de sol,
que me taladre los ojos,
que me queme la piel,
que me reviente los sesos.     

Quiero un poco de noche,
que me sacuda los sueños,
que me de una visión
que me haga soñar.

Quiero un disparo de Nievi.
de nieve,
de Chapman.

Quiero que Hades me lleve a su lecho
y la llegada de Aurora,
la de dedos de rosa,
no me haga despertar de mi sueño fatal.       

No quiero ser Penélope
por el resto de mi vida,
porque sé que Odiseo
nunca va a llegar.

Quiero ser la tragedia
que ningún Homero
alcanzó a escribir.