miércoles, 9 de mayo de 2012

Bipolar

Porque las extrañas sensaciones se agolpan en una noche como esta y sin más, se entretienen el dolor, la risa, la ansiedad y la duda como si fueran eternas confidentes, distrayendo, con esa rara combinación de lágrimas al borde de una sonrisa, y el pecho somnoliento, ambivalente, frustrado y desesperado, buscando palabras útiles detrás de las ánimas...

jueves, 12 de enero de 2012

Me desplazo en la inconsciencia sudorosa, mientras el mínimo hálito nocturno me limita los sentidos, hasta el minúsculo átomo de pensamiento me perturba y no quedan más hebras de tinta que mendigar; ya no quedan más que bocanadas de humo que se asoman a horcajadas sobre mi boca y cenizas pálidas cubren el texto.

Si sólo supiera el día exacto en que murieron las letras y se derramaron lágrimas negras cubiertas de un sonido de bronce y luces de esmeralda.

Mientras mi cabello se alborota, mi niebla fugaz cubre las palabras muertas que parecen respirar, pero son de tiempo inconstantes, vacías y víctimas de presión involuntaria, que mientras más pido que salgan, retroceden lastimosas.

Sin saber cómo el sujeto objeto sigue prisionero de lo que quiero y no es y no será; es todo tan difuso y compleja la vida; es tan poco el tiempo que no tengo y pierdo y se van otra vez; no sé cuando el silencio que retumba en mis dedos llegará, sólo sé que agonizan con sangre de privilegios, de la realeza, azur de verano.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Tiempo


Cuán alto tengo que alzar mi voz para ser escuchada;
Cuán alto mis manos al cielo para ser vista;
Cuántas lágrimas derramar para limpiar mi desprecio;
Cuanto odio expulsar para no quemarme;
Cuánto tiempo para entender mi destino

jueves, 20 de octubre de 2011

Maldición

...Y quiero vomitar;
vaciar de mis entrañas
los restos putrefactos
de mi ira contenida
y mi dolor diseminado
por células agonizantes
de deseos perdidos...

viernes, 14 de octubre de 2011

AJENO


A veces percibo ese olor ajeno
y me siento culpable
de mi soledad de antaño
y esos deseos de abrirme a la vida
que me hicieron errar                                  
con tamaña estupidez.
La culpabilidad se me nota
en la vibración de las entrañas,
como pétalo sonrojado
al compás de la brisa invernal.
Ese ser tan cerca/lejano
que me rememora instantes
y ese aroma oscuro
y lleno de recuerdos;
quiero sentir
lo que mi cuerpo ha olvidado;
pero olvidar
lo que mi cuerpo ha sentido.
Algo nuevo y mágico,
como el primer fuego sin palabras;
sólo el aliento
del silencio y la complicidad.

lunes, 6 de junio de 2011

aTEMPORALidad


Me tomas suave, recorriendo cada punto de mi espacio y me despiertas con tu aliento furioso, hasta despejar cada una de mis dudas.
Y te llevas en tus brazos a cada ser diminuto que trasciende de tu ser, lo dejas a la deriva de todas las consecuencias que puedan surgir de tu furia y despiertas más de un corazón sigiloso que se esconde de tu expiración.
Me regalas una noche de vigilia, mientras yo me hundo pasiva entre los brazos de mi guarida nocturna.


domingo, 10 de abril de 2011

(Sin título)




Siento que me derrumbo a veces, con miedo a descifrar las palabras que inconstantes giran en mi cabeza, pero que sin embargo se quedan ahí, donde siempre, donde mismo.
Y de pronto se alejan, cuando quiero nombrarlas, se escabullen sigilosas, como el bufón de Manuel , como las palabras de Silvio; se han vuelto egoístas de sí mismas y la sensación de vacío, cala más fuerte mis sesos, como que nunca hubo un pensamiento y he llegado a pensar que ya no pienso, que son imágenes de otra vida las que me rodean y son sólo recuerdos de algún pasado  o tal vez son premoniciones de mi mente infantil que desea irremediablemente, inventar una historia que nunca tendrá final, ni menos será feliz.
Son como sombras que me gritan, cosquillean mis palabras más serias que debo hilvanar para cumplir con los deberes, juguetean certeras, alejándome de lo que se supone, realmente importa.
Se toman un descanso susurrando en mis oídos y me pellizcan los ojos, como haciéndose notar, pero a la vez dudosas y tímidas, se ríen como niños pequeños. Trato de mostrarlas, de hacerlas poéticas, de darles aliños, merquén y sal, un poco de jengibre, para que su sabor picante me mordisqueé la lengua y sin embargo son salobres ausencias; sigo inventando y no paro, entonces golpeo con fuerza mis sienes, de tanta rabia por no poder decir lo que quiero, porque las palabras se escaparon sin dueñas y no logré retener el centro, ni la corteza quedó como prueba. Siento a  veces que no existo, que ni siquiera las letras de mi inconsciente pueden quedarse conmigo. Veo un camino lúgubre, oscuro, frío, silencioso, cadencioso, que hace sonar mis pasos, pero que no logro quedarme en nada, miro hacia dentro de mí y lo más triste de todo, es que es igual que afuera.