A veces percibo ese olor ajeno
y me siento culpable
y esos deseos de abrirme a la vida
que me hicieron errar
con tamaña estupidez.
La culpabilidad se me nota
en la vibración de las entrañas,
como pétalo sonrojado
al compás de la brisa invernal.
Ese ser tan cerca/lejano
que me rememora instantes
y ese aroma oscuro
y lleno de recuerdos;
quiero sentir
lo que mi cuerpo ha olvidado;
pero olvidar
lo que mi cuerpo ha sentido.
Algo nuevo y mágico,
como el primer fuego sin palabras;
sólo el aliento
del silencio y la complicidad.
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