Porque las extrañas sensaciones se agolpan en una noche como esta y sin más, se entretienen el dolor, la risa, la ansiedad y la duda como si fueran eternas confidentes, distrayendo, con esa rara combinación de lágrimas al borde de una sonrisa, y el pecho somnoliento, ambivalente, frustrado y desesperado, buscando palabras útiles detrás de las ánimas...