domingo, 7 de julio de 2013

Nada, nadie, nunca

Tengo la plena convicción que llegué a esta vida para fracasar; por alguna extraña razón no sirvo para nada y cuando creo que he llegado a la cúspide de la felicidad, una simple cosa, palabra o gesto me hace caer como monigote muerto a tierra.
Nunca serví para ser hija, no le demuestro suficiente cariño a mis padres; no serví para ser hermana, nunca pude estar cuando me necesitaban; nunca serví para amiga, porque siempre me alejaba y no las contuve cuando lo querían; no serví para ser amor, porque me abandonaron y nunca llegaron a quererme de verdad; ni fui una buena estudiante, ni profesional, ni maestra, ni objeto.
Llegué a esta vida a consumir oxígeno, gastar espacio y confundir a los hombres...nada más...
Ahora que la humillación y el dolor es más fuerte, sólo pienso en si soy lo suficientemente valiente para el siguiente paso, o demostrarme una vez más que no soy ni buena pra poder deshacerme de todo lo que respecta a mí

domingo, 12 de mayo de 2013

Por un instante

Quiero sentir despacio,
tu rubor entre mis piernas;
un recorrido sutil, con la punta de los dedos
y un aliento cálido
en mi rostro adormecido.

Quiero un susurro sincero
junto a mi oído sensible
una humedad apremiante de tu lengua en mi boca
un abrazo constante,
unas manos locas.

Quiero pronunciar tu nombre,
frente a tu rostro endurecido,
sentir tus curvas con mi tacto ligero
soñar que te tengo
y jamás que te he perdido.

viernes, 5 de abril de 2013




Me gustaría poder tener historia para poder contarte, miles de experiencias nefastas en donde más de alguien salió herido y las locas noches de mi ciudad se vieron hundidas en embriagantes delicias pasajeras, con líneas interminables de droga placentera.
Decirte que maldecí a Dios porque me pareció rebelde y alucinógeno decir que no era ni importaba más que yo y mi pensamiento individualista.
Veo como otros saborean lenguas de otras mentes, dulces y escritas de manera correcta y extraviada y sólo tengo noches solitarias acompañadas de café y lectura.
No puedo ser bella sin ser más que yo misma y quisiera sentir las manos de otro sexo, pero me contiene mi otro ser ingrato que me dice que el ser nefasto trae más de una consecuencia.
Me gustaría poder tener historias que contarte, noches eternas de alcohol, de pensamientos oscuros y prohibidos, de maldad brotando de mi lengua bífida y atea, de conjurar más de algún mal al enemigo…
Tengo la sangre ardiente, pero siento que me consumo sola, que mi alegoría es dispar y abandonada, que mis deseos oscuros se pierden en corrientes existencialistas y puritanas.
Me gustaría poder tener una historia que contarte, que compré ropa interior sólo para vivir una noche de placer y ser más mala que todas las damas nocturnas han sido, que me pierdo en bolsillos rotos y sueños perdidos, que no alcanzo la suciedad de tus pensamientos, que quiero más de esto y de lo otro, que una señorita de piernas cubiertas y buenos modales se escapa a la callejera, maldita y blasfema  e indecente que aparece con/ sin querer
No tengo historias, no, yo soy parte de este texto, ni nunca me verás como viste a otras, ni nunca será lo que debí haber sido o quizás nunca quise ser, sin querer queriendo.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Bipolar

Porque las extrañas sensaciones se agolpan en una noche como esta y sin más, se entretienen el dolor, la risa, la ansiedad y la duda como si fueran eternas confidentes, distrayendo, con esa rara combinación de lágrimas al borde de una sonrisa, y el pecho somnoliento, ambivalente, frustrado y desesperado, buscando palabras útiles detrás de las ánimas...

jueves, 12 de enero de 2012

Me desplazo en la inconsciencia sudorosa, mientras el mínimo hálito nocturno me limita los sentidos, hasta el minúsculo átomo de pensamiento me perturba y no quedan más hebras de tinta que mendigar; ya no quedan más que bocanadas de humo que se asoman a horcajadas sobre mi boca y cenizas pálidas cubren el texto.

Si sólo supiera el día exacto en que murieron las letras y se derramaron lágrimas negras cubiertas de un sonido de bronce y luces de esmeralda.

Mientras mi cabello se alborota, mi niebla fugaz cubre las palabras muertas que parecen respirar, pero son de tiempo inconstantes, vacías y víctimas de presión involuntaria, que mientras más pido que salgan, retroceden lastimosas.

Sin saber cómo el sujeto objeto sigue prisionero de lo que quiero y no es y no será; es todo tan difuso y compleja la vida; es tan poco el tiempo que no tengo y pierdo y se van otra vez; no sé cuando el silencio que retumba en mis dedos llegará, sólo sé que agonizan con sangre de privilegios, de la realeza, azur de verano.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Tiempo


Cuán alto tengo que alzar mi voz para ser escuchada;
Cuán alto mis manos al cielo para ser vista;
Cuántas lágrimas derramar para limpiar mi desprecio;
Cuanto odio expulsar para no quemarme;
Cuánto tiempo para entender mi destino